viernes, 1 de mayo de 2009

EL QUINTO VIAJE DE SINDBAD EL MARINO

1.-¿Qué es un Ruj?
-Es un pájaro de un tamaño sumamente extraordinario, de alas hermosas.

2.-¿Con que confundieron el Huevo de Ruj?
-Lo confundieron con una vivienda, una cúpula blanca.

3.-¿Qué sucedió cuando divisaron a los padres del Huevo?
-El padre y la madre del muerto cuando se dieron cuenta de que estaban precisamente encima de ellos, sostenieron con sus garras una roca enorme, mayor que nuestro navío.

4.-¿Con quien se encuentra Sindbad en esta nueva isla desierta?
-Con un anciano que estaba sentado a la orilla del estanque, cubierto con un manto suave.

5.-¿Cual fue el trato que el Anciano del Mar prodigaba a Sindbad?
-Le imploró que lo cargara en su espalda y que atravesara el arroyo con el, por que quería recoger frutas del otro lado de la orilla.

6.-¿Cómo logro escapar de este nuevo peligro Sindbad?
-Cuando estaba en la isla y con el anciano en sus hombros decidió hacer un vino con las uvas y una calabaza, para que se lo tomara el anciano, así fue cuando se lo quito de sus hombros y lo mato con una piedra.

7.-¿Cómo pudo Sindbad regresar a Bagdad?
-Trabajo con muchos hombres los cuales llevaban cocos para venderlos, así fue como Sindbad hizo mucho dinero y fue comprando varias cosas e intercambiándolas.

Sinopsis del viaje:

El quinto viaje trata de como les empieza a contar Sindbad después del regreso del cuarto viaje.
Sindbad se quería hacer una vida llena de alegría, diverciones y placeres, con ello se olvido de sus pasados sufrimientos, decia: "sólo me acordé de las ganancias admirables que me proporcionaron mis aventuras extraordinarias" Sindbad con su inmensa fortuna compra un navío para poder aventurarse pero ahora contacto a un capitán y a unos marineros los.

Un día cuando todo estaba bien ya que habían hecho sus compras y sus ventas,arribaron en una isla en la cual los marineros vieron como una vivienda sola una cúpula blanca, pero como los marineros no sabían que hacer se distrajeron el lanzar piedras a esa gran cúpula hasta que se dieron cuenta que era un gran huevo pero Sindbad no les había advertido de lo que podía suceder si lo molestaban pero los marineros seguían tirándole piedras hasta que rompieron el huevo y salió una pata del huevo, hasta que mataron al pequeño rokhecillo y los marineros decidieron ir a contarle a Sindbad su gran travesura.

Después llegaron a una isla completamente desierta y deshabitada, el cual solo encontraron una vivienda una cúpula blanca, él cual se dieron cuenta que era un huevo de Rokh así lo llamaban ellos ,después los que iban con Sindbad le empiezan a lanzar piedras al huevo en eso sale del huevo un rokh Al verlo, continuaron rompiendo el huevo los mercaderes; luego mataron a la cría del rokh, cortándola en pedazos grandes, y fueron abordo para contarme la aventura.
Entonces llego al límite del terror, y exclamo:“¡Estamos perdidos! ¡En seguida vendrán el padre y la madre del rokh para atacamos y hacernos perecer! ¡Hay que alejarse, pues, de esta isla lo más de prisa posible! Y al punto desplegamos la vela y nos pusimos en marcha, ayudados por el viento. En tanto, los mercaderes se ocupaban en asar los cuartos del rokh; pero no habían empezado a saborearlos, cuando vimos sobre los ojos del sol dos gruesas nubes que lo tapaban completamente. Al hallarse más cerca de nosotros estas nubes, advertimos no eran otra cosa que dos gigantescos rokhs, el padre y la madre del muerto.

Y les oímos batir las alas y lanzar graznidos más terribles que el trueno. Y en seguida nos dimos cuenta de que estaban precisamente encima de nuestras cabezas, aunque a una gran altura, sosteniendo cada cual sus garras una roca enorme, mayor que nuestro navío. No tuve necesidad de caminar mucho para advertir que aquella vez el Destino me había transportado a un jardín tan hermoso, que podría compararse con los jardines del paraíso. Ante mis ojos estáticos aparecían por todas partes árboles de dorados frutos, arroyos cristalinos, pájaros de mil plumajes diferentes y flores arrebatadoras. Por consiguiente, noquise privarme de comer de aquellas frutas, beber de aquella agua y aspirar aquellas flores; y todo lo encontré lo más excelente posible.

Así es que no me moví del sitio en que me hallaba, y continué reposando de mis fatigas hasta que acabó el día. Al amanecer se despertó mas tranquilo y se fue a la orilla del estanque ahí se encontró con un anciano se acerco, a él y le deseo la paz. Me devolvió el saludo, pero solamente por señas y sin pronunciar palabra. Y le pregunté:“¡OH Venerable jeique! ¿a qué se debe tu estancia en este sitio?” Tampoco me contestó; pero movió con aire triste la cabeza, y con la mano me hizo señas que significaban: “¡Te suplico que me cargues a tu espalda y atravieses el arroyo conmigo, porque quisiera coger frutas en la otra orilla!” Al darse cuenta de ello llego al límite del asombro y miro conatención sus piernas, le parecieron negras y velludas, y ásperas como la piel de un búfalo, y le dieron miedo.

Así es que, haciendo un esfuerzo inmenso, quiso desenlazarme de su abrazo y dejarle en tierra; pero entonces le apretó él la garganta tan fuertemente, que casi lo estrangula y ante él se obscureció el mundo. Todavía hizo un último esfuerzo; pero perdió el conocimiento, casi ya sin respiración, y cayo al suelo desvanecido.Al cabo de algún tiempo volvió en el, observando que, a pesar de su desvanecimiento, el anciano se mantenía siempreagarrado a sus hombros; sólo había aflojado sus piernas ligeramente para permitir que el aire penetrara en la garganta de Sindbad.Jamás había el sufrido en mi alma tantas humillaciones yen mi cuerpo tan malos tratos como al servicio forzoso de este anciano, más robusto que unjoven y más despiadado que un arriero. Y ya no sabía yo de qué medio valerme para desembarazarme de él; y deploraba el caritativo impulso que me hizo compadecerle y subirlea mis hombros y desde aquel momento me deseé la muerte desde lo más profundo de mi corazón.Hacía ya mucho tiempo que me veía reducido a tan deplorable estado, cuando un día aquel hombre me obligó a caminar bajo unos árboles de los que colgaban gruesas calabazas, y se me ocurrió la idea de aprovechar aquellas frutas secas para hacer con ellas recipientes. Recogí una gran calabaza seca que había caído del árbol tiempo atrás, la vacié por completo, lalimpié, y fui a una vid para cortar racimos de uvas que exprimí dentro de la calabaza hastallenarla. La tapé luego cuidadosamente y la puse al sol dejándola allí varios días, hasta que el zumo de uvas convirtiese en vino puro. Entonces cogí la calabaza y bebí de su contenido la cantidad suficiente para reponer fuerzas y ayudarme a soportar las fatigas de la carga, pero no lobastante para embriagarme. Al momento me sentí reanimado y alegre hasta tal punto, que por primera vez me puse a hacer piruetas en todos sentidos con mi carga sin notarla ya, y a bailar cantando por entre los árboles. Incluso hube de dar palmadas para acompañar mi baile, riendo a carcajadas. Bajé a tierra acompañado por uno de los mercaderes del navío, con objeto de visitar la ciudad y procurar hacer algún negocio.

El mercader con quien entablé amistad me dio un saco de algodón y me dijo: “Toma este saco, llénale de guijarros .y agrégate a los habitantes de la ciudad, que salen ahora de sus muros. Imita exactamente lo que les veas hacer. Y así ganarás, muy bien tu vida.”Entonces hice lo que él me aconsejaba; llené de guijarros mi sacó, y cuando terminé aquel trabajo, vi salir de la ciudad a un tropel de personas, igualmente cargadas cada cual con un saco parecido al mío. Mi amigo el mercader me recomendó a ellas cariñosamente, diciéndoles: “Es un hombre pobre y extranjero. ¡Llevadle con vosotros para enseñarle a ganarse aquí la vida! ¡Si le hacéis tal servicio seréis recompensados pródigamente por el Retribuidor!” Ellos contestaron que escuchaban y obedecían, y me llevaron consigo.Como volvía mas rico que jamás lo había estado, no dejé de repartir en torno mío el bienestar, haciendo muchas dádivas a los necesitados. Y viví en un reposo perfecto desde el seno de la alegría y los placeres.Pero cenad en mi casa esta noche, ¡OH mis amigos! y no faltéis mañana para escuchar el relato de mi sexto viaje, porque es verdaderamente asombroso y os hará olvidar las aventuras que acabáis de oír, por muy extraordinarias que hayan sido.” Luego, terminada esta historia, Sindbad el Marino, según su costumbre, hizo que entregaran las cienmonedas de oro al cargador, que con los demás comensales retírese maravillado, después de cenar.
Y al día siguiente, después de un festín tan suntuoso como el de la víspera, Sindbad el Marino habló en los siguientes términos ante la misma asistencia.

CRITICA PERSONAL:

Este viaje igual que los anteriores me encanto, siempre hay algo nuevo en cada uno, algo que nos sorprende e intriga.
Estan geniales estas lecturas y nos ayudan de mucho, al aprender a entender una lectura, y poder sacar un resumen de la misma.

*-* I♥ heCckthOor *-*

1 comentario:

  1. Ana:

    Me da mucho gusto ver que estas haciendo todas tus tareas, dedicada y contenta, tambien espero te encuentres muy bien de salud y cuidate mucho, estupendo trabajo.

    Calificación = 10

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